Este proyecto es de esta tierra, que nos ha inspirado a través de sus múltiples señales y enseñanzas.
Así es como surgió todo.
Era una tarde de verano de 2016, mi mujer estaba preparando unos postres muy ricos y saludables para toda la familia. Esa tarde se encontraba algo cansada y comentó entre bostezos, “si existiera un postre natural y saludable que me permitiera descansar un poco más en la hora de la siesta, sería perfecto”.
En ese momento me encontraba desilusionado con mi negocio, tenía ganas de emprender en algo trascendente, que nos permitiera pasar más tiempo juntos, que fuera coherente con lo que creemos… Y esa simple frase hizo clic en mi interior. Me pareció una idea genial. ¿Cuánta gente come mal por las prisas, por la pereza, o simplemente porque desconocen cómo debe ser a nivel nutricional una comida saludable?. Si encontráramos la forma de elaborar un postre que cubriera todas las necesidades nutricionales, que fuera rico, que fuera totalmente natural y respetuoso con el entorno, desde luego, tal y como decía mi esposa, sería perfecto.
La sola idea de intentarlo me ilusionó tanto que vendí mi empresa. Y empezamos a experimentar con ingredientes. Teníamos claro que debían ser postres 100% naturales, ecológicos, sin gluten y sin azúcares añadidos. Además queríamos honrar nuestras raíces ligadas a nuestra tierra.
Recuerdo en mi infancia comer dátiles de postre y tener una energía inagotable para jugar por las calles de Barinas (un pueblo de Murcia que pertenece al término municipal de Abanilla al que llaman la palestina española). Y recuerdo a mi abuela prepararme la leche del desayuno a base de almendras trituradas porque era intolerante a la lactosa. Casualmente estos ingredientes son de un alto valor nutricional. Y estos sabores siguen estando ahí, como base de Runakay, como legado de unos tiempos, donde sin saberlo, sabíamos muy bien cómo cuidarnos. Mi mujer a su vez, proviene de un pueblecito de la cordillera andina donde se cultiva desde hace siglos quinoa, cacao, café… Ingredientes presentes en sus postres porque otorgan energía y vitalidad para los largos días de montaña. ¡Y así empezó todo!
Somos lo que pensamos, somos lo que comemos.
En Runakay tenemos un firme compromiso con la salud y la calidad de vida de las personas. Pero también un compromiso con nosotros mismos, siendo una empresa responsable con el cuidado del planeta y eligiendo la forma más honesta y justa de hacer las cosas.
Súmate a la filosofía Runakay.
La idea de mezcla y unidad, forman parte de nuestra esencia y es lo que da valor y sentido a Runakay. Runa (ser humano) y Kay (universo) es una expresión quechua que nos recuerda que para que haya equilibrio, el ser humano debe ser uno con la naturaleza, respetándola y devolviéndole toda la riqueza que ella nos regala. Así que sólo puedo dar las gracias a la naturaleza por su regalo. Y a ti, que lees esto, por estar abierto a disfrutarlo.
Contribuir en la transformación de un mundo mejor y más sostenible, ofreciendo alimentos de origen natural, 100% ecológicos, veganos, sin gluten, sin lácteos y sin azúcares refinados. Queremos mejorar la alimentación y la calidad de vida de las personas con productos hechos de forma ética y artesanal, que cumplan con los principios de sostenibilidad, cuidando del medio ambiente y de nuestro planeta.
Ser una empresa consolidada y referente a nivel nacional e internacional en la comercialización y distribución de productos congelados saludables, de base vegetal y excepcionalmente sabrosos; creemos que también se puede disfrutar del sabor sin dejar de cuidarte. Tenemos un claro compromiso con la salud y el bienestar de las personas, por ello elaboramos todos nuestros productos cumpliendo con los principales certificados ecológicos, utilizando materias primas de la más alta calidad procedente de agricultura sostenible y responsable.
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